lunes, 26 de enero de 2015

Comentario: Looking 2x03 - Looking top to bottom

"Do you know where you live?"
En vista de que Looking es un programa de y para la comunidad gay (no LGTB ni ninguna de esas cosas, la premisa es bien clara de “varones homosexuales casi blancos en países centrales” y no tiene que pedir disculpas por eso), se puede tomar algunas libertades y franquezas, lo que no quita que sea un tanto incómodo si uno lo quiere compartir por fuera del ghetto o hacer un análisis un poco más profundo. Concretamente, en un episodio sobre límites y quien tiene el poder en un determinado momento de una relación, no deja de ser un poco… áspero que se metaforice tanto con el tema del sexo anal, planteado simplemente como “el que la pone tiene el ancho de bastos”. Como bien lo dice Agustín y lo prueba Doris, los héteros también están teniendo pilas de sexo anal, y nadie va a considerar que Doris está en posición de sumisa o no disfrutando de los interesantes atributos de Malik. Pero aun así, esa es la ruta elegida por los creadores, y políticas y gustos personales a la hora del sexo al margen, funciona.
Patrick y Kevin tiene problemas con los límites, especialmente porque Kevin está en una relación y Patrick, quiéralo o no, es “la otra mujer”. Por eso, un juguetón agarre de nalgas en la oficina es un no-no (y no, porque como vimos después, Kevin tenga algún problema con su zona anal), y Kevin, astuto o rindiéndose a los encantos de su amante, concede un día completo para la no-pareja (claro que aprovechando que John está fuera de la ciudad). La buena noticia para ambos tórtolos es que a juzgar por el nivel de nerviosismo, ambos están anticipando el encuentro (y necesitando un poco de Dutch Courage). La mala, por lo menos para Patrick, es que el celular de Kevin no miente, y el rol de segundo en la prioridad no se lo saca nadie.
Las dinámicas de poder en la pareja de Dom y Lynn no está mucho mejor, donde las intenciones del más grande y rico, y por lo tanto poderoso, se ponen en evidencia con el más joven y héroe deportivo por un día. Dom, lo siento, pero la satisfacción masculinista del triunfo en el rugby es fácilmente matada por una buena billetera. Le veo poco futuro a ese arreglo (entre otras cosas porque Bakula ya está en otra serie, me sorprende que siga apareciendo).
Finalmente, aun sin sentar bases de poder, tenemos a Doris y Malik (encantadoramente, Malik aparte de un padrillo afroamericano, es un astuto operador político. Mucho hombre, como vienen diciendo todos) y a Agustín y Eddie, en una historia que se mueve lentamente , y que nos deja con ganas de más en vista de lo simpático que es el personaje de Eddie (interesante sería relacionar como los “chicos grandotes”, Malik y Eddie, resultan refrescantes y sanas alternativas a los chicos delgados y neuróticos). Por lo pronto, Agustín casi fuera de cámara decide ser un “hombre mejor” y su primer paso (de 12?) es disculparse con Richie. Se acuerdan de Richie? Para algo lo tienen ahí esperando…

Gay Pedigree

  • North American People Problems: tanto lío con la higiene anal solo puede provenir de una civilización inferior que no conoce el bidet.
  • La revelación sobre la visa de Kevin abre todo tipo de suspicacias. Es acaso nuestro encantador britón un estafador, y entregar sus pompis todo parte de una estrategia? TELENOVELA!
  • Hablando de telenovelas y potenciales villanos de las mismas, están transformando a Lynn en un potencial baddie? Ahora que redimen a Agustín, alguien tiene que tomar su lugar.
  • Otro dato para desconfiar de Kevin: usa un blackberry. Me fallan las palabras.
  • Interesante que Patrick se encuentra en una posición similar a Marnie en Girls en la misma semana. Paddy es ligeramente menos estresante. 
  • Mining for uranium”, ay Patrick, ya putito desde chico.
  • Buen ejemplo de usar el estereotipo, comentar el estereotipo y destruir el estereotipo: claro, el rugby es el preferido de los gays con delirios de machez. Pero que onda con los equipos de rugby de GENERO MIXTO? Bien hecho, Looking, bien hecho.
  • El diner donde desayunan Doris, Dom y sus parejas es el Orphan Andy´s, ahí al toque de Castro, uno de mis lugares favoritos en SF. 
  • Lesbian Watch: las lesbianas no suelen abundar en Looking, y aun así este es un episodio especialmente visibilizado, desde la cumpleañera en la oficina que nadie cree en su heterosexualidad hasta las jugadoras de rugby. Y el brillante chiste sobre Rachel Maddow de Malik.
  • Sex watch: DICKS! DICKS! And more DICKS! Creo que no veía tanto pene en televisión desde Oz. La escena de la ducha fue fan service total a la audiencia, pero nadie se está quejando. Mucho sexo versátil entre Kevin y Patrick (aunque Kevin siempre con conspicuos calzones puestos, lo que me hace sospechar clausula contractual de Russel Tovey). Y tetera frustrada para Agustín. En palabras de Eddie “llegaste tarde”. 
  • Music Watch: Menos música que en otros episodios, pero el cierre es con So now you know de The Horrors, con una letra que no le deja mucha esperanza a Patrick…


martes, 20 de enero de 2015

Comentario: Looking 2x02 - Looking for results

"What the fuck is this?"

Más allá de que entre temporadas tuve una “reconciliación” con Looking, me sorprende cuantas cosas la serie está haciendo bien, independientemente de mis (muy subjetivas) percepciones. Hay toques en este episodio que hablan de una serie madura, una que ya conoce a sus personajes, y aunque aun estamos en la etapa de presentación (tenemos un personaje nuevo, la primera aparición de uno de los protagonistas, la reaparición de un personaje de tercer nivel), que se anima a explorar que pasa con nuestros conocidos más allá de la superficialidad. Si señores, Looking se anima a meterse con la verdadera psicología de los personajes.
Patrick y Kevin se siguen moviendo rápido: la semana pasada todavía no habían compartido una cama, y esta semana ya están en un hotel a “la hora del almuerzo” (es bueno ver que los patrones de trampa son los mismos en todo el mundo). Pero claro, ese momento de intimidad que comparte tan a la manera Andrew Haigh y que remite directamente al episodio del año pasado Looking for the future (salvo que ahí los enamorados eran Patrick y Richie) da muestras de que el “affair”, como todos menos Patrick lo están llamando, ya pasó de ser sexo nada más a ser… algo más.
Lo que no significa que todo sea color de rosa: Kevin tiene el famoso culo sucio y no quiere que nadie se entere de nada (su teoría es que San Francisco es un pueblito, lo que no es del todo descabellado, como lo puedo atestiguar por haberme cruzado a Kevin/Russel Tovey en un bar tomando una cerveza, o dentro de la serie, por el encuentro fortuito entre Agustín y Richie de que me ocupo un poco más abajo), y Patrick, pobre, inocente, culpable, neurótico Patrick funciona bajo la impresión que el HIV no es una enfermedad de transmisión sexual sino un castigo divino a los pecadores infieles.  Todo este no hablar lleva también a peligrosos juegos pasivo/agresivos, como la conversación sobre un potencial juego, el secreto que se debería guardar sobre el mismo y hasta los potenciales personajes lo demuestran. Me hubiese alcanzado con esto sin el innecesario momento de “entonces, ¿qué somos?” de final, pero bueno, esto recién empieza.
Y el “de eso no se habla” es un tema recurrente, aunque esta gente sea la peor del mundo para guardar secretos: parece que el arreglo de “pareja abierta” de Dom y Lynn no es solo para cada uno hacer la suya, sino también para “condimentar” la relación. O por lo menos para condimentar el plato de Lynn…
Y finalmente, Agustín, que intenta enderezarse buscando al intrigante Eddie (que no aparece este episodio, buh), pero un encuentro fortuito con el pibe con el que se encamó junto con Frank en el piloto (y que según parece ha seguido viendo a Frank) más un exceso de alcohol y unas gotas de GBH lo dejan tirado en la calle, donde serendipitosamente es rescatado por Richie, lo que lleva a un reencuentro de Richie con su “Pato”, aunque claramente vemos quien de los dos es el que no quiere ver al otro.
Esto parece un montón de plot para avanzar la historia, pero en todo momento mezclado con los toques de caracterización necesarios como para que no nos olvidemos que detrás de la telenovela hay algo de más carne y hueso.

Gay pedigree:
  • Esta semana tenemos los ya mencionados regresos de Richie y Lynn, y la presentación de un nuevo interés amoroso para Doris, Malik. Ningún problema con Malik, pero me caia bien Hugo.
  • El diálogo de Kevin y Patrick sobre despertar sexual no tiene desperdicio. Toque interesante también la diversidad transatlántica del las experiencias de cada uno, ventaja de que no solo los actores sean bi nacionales, sino también el equipo creativo.
  • Para Patrick eran la coreos de Solid Gold, pero para Kevin fue el video de Take That para Do what U want, que Robbie haciéndose el rockero años despues o los ahora respetables LuisMigueles de Take That no nos tiene que hacer olvidar que era LA COSA MAS GAY DEL UNIVERSO (me da un poco de vergüenza compartir el video, búsquenlo en alguna red social).
  • Y hablando de referencias gay, la de Patrick sobre Angela Landsbury y Murder she wrote probablemente se lleva todos los premios.
  • Sex watch: hay más romance que sexo en el episodio, pero tenemos nalgas desnudas y rítmicas de Kevin (muy Take That, debe decirse) y vestidas de Patrick cuando llega Richie.
  • Music Watch: Varios temas genéricos de música dance medio que decepcionan, hasta el momento Do what U want de Kevin y de cierre el increíble Thursday de los Pet Shop Boys con Example, editado para que parezca Example solo (que rapea algo que bien se podría aplicar a el affair de nuestros protagonistas), hasta que Mr Tennant hace su aparición casi sobre la placa final de HBO.


martes, 13 de enero de 2015

Comentario: Looking 2x01 - Looking for the Promised land

"Come party with the big boys!"

Bienvenidos a lo que intentaremos sean los comentarios semanales de la temporada 2 de Looking. Antes de comenzar, un descargo: los que hayan leído mis comentarios de la temporada pasada verán que los dejé en una nota amarga, decepcionado con la serie, que me pareció que, gusto al margen, no tenía una línea clara de dirección. Si no han tenido la oportunidad de escucharme en alguna de mis incursiones podcasteras o radiales, luego de un viaje a San Francisco a fines del año pasado, moderé bastante esta opinión, viendo con otros ojos a la serie, los personajes y algunas de sus situaciones. En este estado mental “positivo” es que retomo los comentarios, veremos que tanto lo sostengo en la manera que transcurran las semanas.

Como primer episodio de la temporada, especialmente uno después de una temporada poco vista, este Looking requería una puesta al día con los personajes, y el recurso usado, no por viejo es menos efectivo: encerrar a los personajes con alguna excusa, drogarlos un poco, agregar un poco de sexo casual y dejar que el “encuentro personal” se hiciera cargo del resto. Si bien no lo inventó, es el recurso perfeccionado por The Big Chill hace más de 30 años y que sigue siendo igual de efectivo en This is where I leave you en el 2014.
Entonces Patrick, Agustín y Dom se van a una cabaña en Russian River, ahí nomás de San Francisco, a alejarse de los desastres que hizo Agustín con su vida en general, del nuevo “noviazgo” de Dom con Lynn, y ostensiblemente, de el cuelgue de Patrick con Richie. Lo que como audiencia sabemos, pero no Dom y Augstín es que Patrick ha estado cogiendo con Kevin, su jefe casado, y ha sido más de una vez. Los personajes claro que no se bancan demasiado el aislamiento, y como siempre es Doris la voz sensata que los saca a una noche de extasis y discoteca en el bosque.
Si hay algo que Looking hace bien, cortesía de Andrew Haigh es mostrar los momentos íntimos, bien de cerca, ya sea de tres hombres maduros en una casa que no se dicen lo que se tienen que decir, o esos mismos tres, mas otros trescientos, bailando bajo el efecto de la pastilla del amor. Dom consigue un compañero “aprobado” por su nuevo contrato de pareja, Agustín conoce a un personaje inesperado (más sobre él abajo), y Patrick… no deja de ser Patrick: lo llama a Kevin, cogen en el bosque y finalmente se confiesa con sus amigos, retomando algo de esa camaradería del primer episodio que luego se había diluido en el medio del teleteatro.
Un buen comienzo, sin ser un borrón y cuenta nueva ni solamente una continuación. Sigan así muchachos, les tenemos fé.

Gay pedigree:

  • Bienvenido Daniel Franzese al elenco como Eddie. Parece innecesario tener que decirlo, pero cuando se trata de varones gay, la tele a veces es tan implacable como con las mujeres: todos jóvenes y bellos. Daniel/Eddie es un osazo hecho y derecho, y aparece tan desnudo como Hannah Horvath. Bien por él, y por nosotros.
  • Eddie también es HIV positivo y activista. San Francisco real, gente.
  • Hablando de diversidad, la recepción a la fiesta la hace una de las Radical Faeries, coloridos personajes producto de la intersección del gay power y el hipismo de San Francisco.
  • Kevin y Doris pasan a ser parte del elenco permanente desde este episodio, ambos muy bienvenidos (Doris sobre todo, la persona más sana de este elenco)
  • Con unas líneas de diálogo, sabemos todo lo que hay que saber sobre los personajes: Patrick es nerd y sexualmente un poco conservador (por lo menos lo era). Agustín usa la promiscuidad, el alcohol y otros tóxicos para ocultar sus inseguridades. Dom, mal que le pese, es casi la figura paterna de los otros dos.
  • Dicho esto, es interesante como se muestra el residuo de tensión sexual entre Dom y Patrick, entre quienes antes que empezara la serie, pasó algo.
  • Lindo toque las caras de mala noche de los tres protagonistas en su encuentro post coital al amanecer.
  • Sex watch: oral para Dom, refrescantemente versátil. Anal para Patrick contra un árbol, que ya se está engolosinando. ¿Tenemos que entender que Agustín y Eddie solo conversaron y no cogieron?
  • Music Watch: Un poco de queercore con Bobby Lavender (hubiese jurado que era Pansy Division), un poco de nuevos clásicos con Hercules & Love Affair y su maravilloso Blind, un clásico en serio de Sister Sledge.
  • Y si Looking me quería reconquistar, no tenía más que terminar con This is the day, uno de mis favoritos absolutos de The The.

lunes, 12 de enero de 2015

Parks & Recreation: Hay vida más allá del cinismo


Hace unos años cometí un error grave al intentar reseñar, semana a semana, la tercera temporada de Modern Family. Venia súper embalado con las dos primeras, y me pareció un experimento interesante.
Falló por completo por dos motivos, uno externo y uno interno a la serie: el motivo externo es que prácticamente ninguna sitcom sostiene el tipo de escrutinio semana a semana que un drama de múltiples capas como Mad Men o Breaking Bad puede reproducir hasta el infinito, por cuestiones argumentales, de construcción de personajes, avance de las tramas, etc. El segundo motivo fue que esa es la temporada donde Modern Family dejó su tono socarrón y un tanto cínico de sus primeras temporadas para focalizarse en el “corazón”, ese temido destructor de comedias. Es bien sabido que uno de los motivos que hicieron grande a Seinfeld en su momento fue su premisa de “nadie se abraza, nadie aprende nada”, y un poco todas las comedias de relevancia de ahí en adelante siguieron más o menos este principio (la única excepción exitosa es Friends, que justamente era un Seinfeld con abrazos y aprendizaje, y algunas de sus seguidoras/imitadoras como How I met your mother). La proliferación posterior de comedias de una sola cámara y foco en los ambientes de trabajo (The Office, 30 Rock) o de familias extremadamente disfuncionales (Arrested Development) no hicieron más que acentuar la tendencia. (Vale notar que todas estas además usan y/o abusan del recurso del “mockumentary” como modo de quebrar la cuarta pared, algo que también se ve en Modern Family).
Toda esta larga introducción es para presentar a la comedia, que casi sin que se registrara de este modo abiertamente, devolvió el corazón a la sitcom, sin sacrificar la ironía, el sarcasmo, el comentario incisivo ni los personajes misantrópicos: Parks & Recreation.
Parks empezó mal por una serie de motivos, al igual que mis comentarios de MF, no solamente intrínsecos a la serie: la expectativa de que fuera “la nueva 30 Rock”, por la relación de Amy Poehler con SNL y Tina Fey en particular, el pésimo momento que estaba pasando la NBC al momento de su lanzamiento, y si, una premisa y guiones de la temporada 1 que si bien tenían buenas intenciones, fallaban más de lo que acertaban. Fue por estos motivos que también se le garantizó una segunda temporada, aun cuando lejos estaba de ser un éxito. Y algo pasó en esa segunda temporada: repentinamente, la serie encontró su “voz’, y no fue por casualidad o cambio de equipo creativo, sino justamente, por darse cuenta de lo que la hace única y poner en eso el acento: claro que P&R es una comedia de “lugar de trabajo” protagonizada por una neurótica con pedigree de SNL, todo igual que 30 Rock, pero la diferencia esencial es que por todo lo urbanos que son Liz Lemon y su equipo, Leslie Knope y los suyos son inherentemente rurales. Pawnee, Indiana, y sus habitantes, son otra clase de gente, con otros tiempos, otras prioridades, otros intereses. Este contraste además quedó evidenciado con la presentación de dos personajes adicionales, Ben y Chris, que justamente vinieron a mostrar por contraste de que se trataban los otros personajes.
A partir de ese momento, todo fue un crescendo, donde lo que podría haber sido una galería de personajes desagradables (todos menos Leslie y Ann) se fueron transformando en personajes con fallas humanas pero redimibles: Andy es una bestia pero la persona más buena del universo, Tom un fenicio pero invariablemente fiel a sus amigos (si, aun a Jean Ralphio), Donna y Jerry son pésimos empleados pero grandes personas. Y lo que podrían haber sido las dos grandes caricaturas de trazo grueso, mostraron tener mucho más que mostrar que lo superficial: Ron y April. Ron, visto prima facie, y guiándose nada más por los memes que lo popularizaron por fuera del programa, no es más que un libertario fanático, misantrópico y reaccionario. Sin embargo, detrás de esa fachada, Ron tiene la debilidad de sus dos ex mujeres, es un jefe justo, tiene una preferencia por Leslie y Andy que es casi paternal… es un rudo, pero no por eso menos humano. Y April, tal vez el personaje que más costó que encontrara su punto más allá del chiste de una sola nota de su odio a la humanidad y su relación con Andy. Justamente en April es donde se pone en evidencia que el “nadie aprende” tiene un límite: April no empezó a sonreír o llevarse bien con la gente, pero si a ser increíblemente eficiente en su trabajo, al punto de ganarse el respeto real de Ron y Ben, y ser una reemplazante creíble de Leslie. Y si ven los primeros episodios, tanto Ron como Leslie siempre creyeron en ese potencial, no es algo que se le agregó al personaje a último minuto, estaba inscripto en la biblia de la serie desde el principio, solo que tomó más tiempo que se hiciera evidente.

Para la temporada 5, los creadores claramente creían que no volvían para una sexta, y se empezaron a dar casi-cierres a todas las historias: Leslie y Ben llevan al fin lógico a su relación, el parque del “sector 48” finalmente es una realidad (no nos olvidemos que este era el McGuffin original de la serie), Ron finalmente conoce a una mujer como corresponde, Tom logra iniciar un negocio, Andy encausar su vocación, April se transforma en la nueva Leslie…Es en esta temporada donde lo que podría ser una catarata de finales felices sin valor de comedia se hace evidente que un programa puede seguir siendo gracioso “ja ja” y a la vez ser humano, tierno, apelar a la emoción, tener “corazón” sin caer en el cliché. Todo lo que Modern Family no hizo o hizo mal. Y, casi milagrosamente, el público acompañó a la serie, garantizando una sexta temporada y una séptima que comienza el próximo martes 13 de enero y que va a dar, ahora sí, fin a la serie, donde ya varios de sus protagonistas son demasiado famosos para una sitcom que se sigue percibiendo como de segunda categoría. Nada más lejos de la verdad.