sábado, 13 de octubre de 2012

La importancia de llamarse Alison


Lectores de este blog sabrán de mi amor incondicional por Alison Moyet. Si bien reniego de los fandoms en general, no me queda otra que salir del closet como fan ciego de la Señora Alison Jane Genevieve Moyet, también conocida como “Alf”.
Más abajo me explayo un poco más sobre mi amor por la susodicha, pero un extraño efecto secundario de éste es mi simpatía por las Alison (o Allison, las dos deletreadas son relevantes) en general. Llegué a esta conclusión luego de terminar de ver en poco tiempo los 154 episodios de The West Wing, donde por lejos mi personaje favorito es Claudia Jean “CJ” Cregg, interpretada por ...Allison Janney. En seguida me vinieron a la cabeza Alison Goldfrapp, de la banda que lleva su nombre, y hasta Alison Parker, la sufrida protagonista de Melrose Place.
Hagamos un rápido recorrido de Alisons, entonces. 
Empecemos con la primera, la original, claro. Si me preguntan que me llevó hasta Alison, lo desconozco. Puedo explicarles ahora lo maravillosa que me parece su voz, lo astuta compositora que es, su seco sentido del humor, su férrea determinación a hacer lo que quiera que la llevó desde separar su rentable relación con Vince Clarke en Yazoo hasta quemar puentes con Sony, o lo bella que me parece, tanto cuando era una simpática chubby a su magnífica prestancia actual como MILF cincuentona. 
Pero cómo llegué a ella, poca idea. Tengo súper presentes haber escuchado Don’t go y Situation en su momento, y estar convencido que los cantaba un hombre. Recuerdo haber leido en la Pelo seguramente que su simpáticamente titulado primer disco Alf estaba primero en los rankings ingleses. En algún momento me crucé con el cassette  (Alf, junto con Dare de la Human League y Sweet Dreams y Touch de Eurythmics son los discos que tuve en más formatos posibles: cassette, vinilo nacional, vinilo importado, CD y de vez en cuando alguna edición especial ampliada) y lo compré... y 28 años más tarde sigo queriéndola como el primer día.
A pesar de todo lo que ha hecho porque la abandone, tal como sacar un disco cada 7 años, que esos discos sean en ocasiones horribles, que recicle caras B perdidas en temas de álbum, le sigo fiel.
Fue por Alison que en un ataque me hice las escapada más cara del mundo de cinco días a Inglaterra para verla tocar 3 veces (y que sigo pagando 3 años después, sin ningún arrepentimiento). Sólo tiene que decir “Stop!” en el medio de All cried out, o mandarme un saludo por twitter por mi cumpleaños, y le soy fiel de por vida. 
CJ: too sexy
En cuanto a la Janney, si bien puedo admitir haberle declarado mi amor hoy en día, siempre tuve una atracción por ella en sus muchos papeles secundarios a través de los años. Parte del motivo es que al igual que Moyet, es una mujer... poco tradicional. Muy alta (chiste recurrente en The West Wing) y con una cara que una buena amiga observadora de estas cosas describiría como “difícil”, imposible no reparar en ella. La tengo presente en American Beauty, Primary Colors y The Ice Storm, pero sin lugar a dudas quedé cautivado por el brevísimo papel como la amante lesbiana de Meryl Streep en The Hours (ese elenco secundario de The Hours...Janney, Claire Danes, Miranda Richardson...).
De todos modos, nada se compara a sus 7 premiadísimos años en The West Wing. Como CJ Cregg, primero la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca y luego como la mujer más poderosa del gobierno, la Chief of Staff, Janney terminó siendo la más consistente y protagónica del elenco, con su personaje tratando de compatibilizar éxito profesional con vida personal; ser la “madre” del grupo y al mismo tiempo enfrentar a los jefes de las tres fuerzas armadas; luchar contra los rumores (clásico encasillamiento: una mujer “no tradicional” es automáticamente lesbiana, pensar también en muchos de sus papeles secundarios anteriores a la serie) y al mismo tiempo imponer una agenda que tuviese por lo menos algo de feminista. Una mirada de Janney vale más que mil rápidas palabras del guión de Aaron Sorkin.
Y hablando de mujeres poco tradicionales y lesbianismo, la tenemos a Alison Goldfrapp. Con su extravagante look y particular voz, a los fines prácticos Alison ES la banda que lleva su nombre, con su rara mezcla de impacto comercial alternado con experimentación, desafiando las convenciones sobre a que edad se puede comenzar a tener éxito o que si se puede ser una lipstick lesbian creíble y seguir manteniendo el apoyo tanto del gran público como de la comunidad LGTB. 
Dos palabras: Alison Borracha
¿Y Alison Parker? Bueno, la irritante protagonista de Melrose Place, eternamente enamorada de Billy y vapuleada por Amanda era un punto en contra para la serie... hasta que tuvo un problemita con el alcoholismo. “Alison Borracha”, se transformó en sinónimo de lo más trash y disfrutable de la televisión, al igual que “Kimberley Loca” o “Sidney Problemática”.
Hay montones de otras Alisons: la de la canción de Elvis Costello; la alt-country Krauss; Alison Pill, actriz de caracter en ascenso; la comiquera lésbica Alison Bechdel (che, ¿que onda con las Alison lésbicas? Para investigar); y hasta la tormenta tropical Allison, que hizo desastres en Texas en el 2001. 
No se con que otras Alisons me cruzaré en el futuro, pero estoy seguro que voy a estar bien predispuesto hacia ellas sólo por portación de nombre. 

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