miércoles, 27 de junio de 2012

Nora Ephron: Una apreciación



Todos tenemos una película favorita. No la que consideramos "la mejor" o "la número uno". Es esa a la que no nos podemos resistir. La que sí está en la tele TENEMOS QUE VERLA, la que tenemos en casa probablemente en múltiples formatos. La que le conocemos los diálogos de memoria. La que compartimos con amigos, novios, familia, lectores. Esa película es para mí Cuando Harry conoció a Sally, y es por esta película que descubrí quien era Nora Ephron y porque le dedico esta columna, una apreciación y una despedida. Nora le puso las palabras a Harry y a Sally, pero no sólo eso: según todos los involucrados, Nora ERA Sally. Y hay pistas de que es así en varios lugares.
Verán, aparte de guionista de excepción y astuta directora de comedias románticas, Ephron era una brillante escritora y columnista. Su trabajo apareció en algunos de los principales medios periodísticos de Estados Unidos desde mediados/fines de los sesenta. Allí fue donde conoció a Carl Bernstein (sip, uno de los periodistas del escándalo Watergate), con quien se casó y tuvo dos hijos.
El amigo Carl la hizo varias veces cornuda, y Nora aparte de divorciarse escribió una simpática novela, mezcla de apenas disfrazada autobiografía y libro de recetas de cocina llamada “Heartburn” (literalmente, ‘acidez estomacal’). La protagonista de Heartburn, la “Nora vicaria” se llama Rachel Samsat y es una proto versión literaria de Sally Albright (y hasta cierto punto de Marie, el genial personaje de Carrie Fisher en la película), habiendo hasta ciertas cosas puntuales como frases enteras y la manera de pedir en los restaurantes que salieron de ahí.  Rachel, por supuesto, fue luego  famosamente encarnada en el cine por Meryl Streep en la película del mismo nombre, conocida en Argentina como “El difícil arte de amar”, con un desagradable Jack Nicholson impecablemente tomándole el pelo al desagradable Carl Bernstein.
En los 2000, y en vista de la fama de Nora como guionista y directora, varias de sus columnas más actuales fueron publicadas en forma de libro en dos colecciones I feel bad about my neck y I remember nothing, que no puedo más que recomendarles, y que sin son fans de Nora o de Sally no se pueden perder para tener una idea de que paso con Sally “después”.
Meryl y Jack como casi Nora y Carl en Heartburn
Ayer, un poco en serio, un poco en broma, se comentaba sobre que iba a hacer ahora Meg Ryan, quien colaboró en cuatro proyectos con Ephron (tres de ellos los discutiblemente más populares de ambas: Harry/Sally, Sleepless in Seattle y You’ve got mail), pero otro detalle es que Ephron tenía un imán para el talento asociado y generaba largas y fructíferas relaciones con ellos. La primera que me viene a la mente, más que Ryan, es Meryl, quien protagonizó la primera película que Ephron escribió (junto con su hermana y frecuente colaboradora Delia) Silkwood. Si no vieron esta película, tienen que hacerlo ya. Meryl, como ya dijimos, fue una casi-Nora en la pantalla en Heartburn y protagonizó la última película que escribió y dirigió, Julie & Julia. Meryl era además amigota, y formaba parte de esa elite de la costa este norteamericana, junto con la ya mencionada Fisher y Penny Marshall. Otras chicas del club: Carly Simon, que hizo la canción de Heartburn (Coming around again, tan difundida en ciertas radios)  y la bella banda de sonido del debut como directora de Nora, This is my life. Esta película estaba a su vez protagonizada por otra amiga, Julie Kavner (si, la voz de Marge Simpson) y ambas fueron frecuentes colaboradoras secundarias con Woody Allen. Nora de hecho tiene un pequeño cameo en Husbands and Wives como actriz, haciendo de una ácida intelectual (no es difícil imaginarse que se comportaba de esa manera en la vida real) en una fiesta que baja de un plumazo a la astrología y a la nueva novia del personaje de Sydney Pollack con dos o tres bien puestos sarcasmos.
Nora con Julie Kavner
Ayer también un amigo me comentaba el impacto que la muerte de Ephron había tenido en la comunidad gay, y consultaba si se estaba perdiendo algo. Creo que no, que los motivos por los cuales siempre tuvo tanto seguidor fue por los un motivo de sentimentalidad (digamos, falta de miedo por conmoverse con una película, aun si se trata de la mas básica de las comedias románticas) y algunos de los mejores personajes femeninos que se hayan escrito, fueran de la vida real como Karen Silkwood y Julia Child, como ficticios, como Sally Albright - neurótica pero confiadamente discutiendo sus orgasmos en público-,  con los que era tan fácil identificarse.
No estoy obviando que mucho de su carrera, especialmente como directora, dejó bastante que desear, pero creo que nadie puede quitarnos esas geniales palabras que siempre puso en boca de sus personajes.
Y del mismo modo que en algún momento memorice los diálogos de Harry y Sally (de todos los personajes de Harry y Sally, valga la aclaración), si algún día me toca representarla, todos saben que haría una fantástica Marie: “I know, I know, he’s never gonna leave her”.


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