"Do I have to do all of it?"
No es
secreto que soy un fanático de Mad Men.
Por eso escribo estos comentarios, por eso a veces dialogo o me enojo con los
personajes o los guionistas, por eso hago de evangelizador con mis amigos,
familia compañeros de trabajo para que la miren.
Esta serie
me ha hecho reírme, llorar, pensar, horrorizarme, buscar nuevos caminos académicos
y profesionales, apreciar la moda, el diseño, distintas formas de narración, y
tantas otras cosas. Pero siempre con una cierta distancia intelectual, analítica.
Toda esta introducción es porque este episodio de la serie tocó algo, una conexión
emocional, algo que me conmovió mas allá de lo simplemente intelectual, y si
este comentario parecer ir en todas direcciones, probablemente soy yo tratando
de “ligar” toda esta emoción suelta, de alguna manera.
Definir a Mad Men como “un programa sobre Don
Draper” probablemente sea un punto de
vista algo reduccionista. Históricamente, MM
ha sido tanto acerca de las mujeres de Don Draper como de Don mismo. Betty,
Megan, Bobbie, Susan, Midge, Rachel, Faye… y Peggy, por supuesto, lo más
parecido a una “esposa laboral” que ha tenido. Y de la mujer que nunca fue “la
mujer de…”, pero que siempre jugó un papel esencial para Don y todo lo que lo
rodea: Joan. Desde el principio el tema
fue el lugar de la mujer en la sociedad en un momento de quiebre, y basada en
tres arquetipos: la “mujer buena” ama de casa y madre, la “mujer mala” que se atrevía
a usar la sexualidad como un jugador activo, y la “mujer profesional”, la que
se estaba abriendo camino. Claro que la mujer buena término siendo un caso psiquiátrico
a causa de ese rol, la mujer mala nunca fue realmente mala, sino un peón cuando
algunos la creían reina, y la mujer profesional nunca dejó de pensar que le debía
todo a un hombre. El rol de Don fue siempre el de una lectura algo diferente
sobre estas tres mujeres: Betty es Betty porque Don hizo todo lo posible porque
así fuera, aunque no hay más que verlo como actúa con Megan para darse cuenta
que algo aprendió de esa experiencia; Joan, por más que otros la vieran como
una bomba sexual manipuladora, siempre fue respetada por Don por su
inteligencia, su tacto, su estoicismo (y su propio pasado: como siempre se nos
recordó, pero nunca más que esta temporada, que Don es el hijo de una
prostituta, su definición de “mujer mala” es bastante diferente de la de
cualquiera de los otros socios de SCDP); y Peggy, desde el primer momento que dio
cuenta de su talento, fue “uno de los muchachos”, un par, nunca “una mujer”.
Pero en el
fondo, todas las mujeres son mercadería de
intercambio en el universo Mad Men. “Finalmente
algo bello que realmente te puede pertenecer” nos repitió con algo de falta de
sutileza el slogan de Jaguar que todos los creativos (varones) se pasaron el
episodio pergeñando. Pero ¿Qué tan mercadería
de intercambio? Y ¿Qué tanto esa mercadería tiene un precio?
La pregunta
no es qué estamos dispuestos a hacer para tener lo que queremos, si no, qué es
lo que queremos, y cómo podemos darnos cuenta. Megan quiere ser actriz, aunque
ponga en peligro su matrimonio, aunque su trasero sea más importante en el
casting que cualquier otra cosa. Peggy quiere… que la respeten por su talento.
No porque Don no lo respete (aunque en este episodio hizo todo para demostrar
que no lo hace), si no porque sabe que mientras este cerca de Don, nunca van a
ser “sus” méritos. Y entonces el destino de Peggy está en otro lado, y hacia allí
lo va a buscar. Y Joan… que no sabe lo que
quiere, o si lo sabe, también sabe que no lo va a tener con las herramientas
que tiene a su alcance. Entonces a Joan los varones (y su madre, esa poderosísima
herramienta del patriarcado) la definen desde afuera, como una cosa. Y se rebela
contra esa definición. Hasta que otro varón, por sus propios mezquinos
intereses, le pone algo ante los ojos. No dinero, tal vez poder. Y Joan cede,
probablemente sin medir las consecuencias de sus actos (todo lo que Joannie consiguió
este episodio, estense seguros que va a volver como un bumerán en cuanto se
distraiga), y como para reafirmar cual es el lugar que le tocó en suerte, no es
el hombre que ella esperaba el que intenta disuadirla, si no ese otro
hombre, extrañamente honorable.
Las (pocas)
voces disidentes sobre esta temporada de Mad
Men venían insistiendo que los episodios eran un poco tirabombas pero que
finalmente la historia no avanzaba realmente. “The Other Woman” los calló la
boca: todo lo que vino pasando, desde Peggy no teniendo el protagonismo
esperado, hasta el recorrido de Joan que empezó con su embarazo y culminó
tomando unos tragos con Don, hasta las historias de Roger, Pete y Lane
convergen aquí. Olvídense de zou bisou bisou, del combate Pryce vs. Campbell o
de Fat Betty: las acciones de los personajes en este episodio cambian el status
quo por completo, dejándonos con ansiedad por los dos episodios que faltan y haciéndonos
temer al largo receso que les va a seguir.
Algunas observaciones
al paso:
- Uno de los modos de analizar la relación entre Don y Peggy siempre fue la de “padre/hija”. Este episodio nos recuerda, con inmenso tino, que la verdadera relación de padre/hija es la de Peggy con Freddy Rumsen. Para entender mejor a Don y Peggy, miren esa última escena que comparten este episodio. Más de una vez, por si las lagrimas se la empañan la primera vez.
- Don, Peggy, sus manos. En el primer episodio de todos, en “The Suitcase”, aquí… tan bien escrito, tan bien usado, siempre dando en la tecla justa.
- Joan en su oficina. Joan en la habitación de un hotel. Joan en su departamento. Nuevamente, nunca es casual lo que le sucede a Joannie en cada ambiente.
- Y que no parezca que Mad Men es solamente guionistas y actores: el detalle de dirección con los dos puntos de vista sobre la visita de Don al departamento de Joan... pocas veces un "truquito" aporta tanto a la historia y a entender la psicología de los personajes.
- Siguiendo con el efecto “no responder a la demanda”, este episodio pedía a los gritos una interacción entre Joan y Peggy, y no la tuvimos mas allá de esa última mirada. De todos modos, si algo le faltaba a Peggy para decidirse fue Don preguntándole si su decisión tenía algo que ver con las novedades de Joan
- Pete Campbell es probablemente el personaje más desagradable de la TV actual que no sea abiertamente “un villano”. Su manejo con Joan, mas allá de lo que haya sucedido después, más su trato de Trudy lo hacen simplemente despreciable. No hay redención posible, y ya perdí la esperanza de que tuviese un final trágico.
- Porque hablando de finales trágicos, ahí lo tenemos a Lane, otro desesperado. Lo que egoístamente lo llevó a manipular a Joan por un camino diferente del esperado, puede probablemente volverla la orgullos propietaria del 5% de nada.
- Necesito que alguien me ayude a "leer" a Roger en este episodio. Su reacción inicial, por lo menos sus caras, eran lo que esperaba. Pero ¿qué pasó despues? Claramente no hubo tiempo para mostrar la reunión donde se analizó la "contrapropuesta" de Joan, pero me niego a creer que dejó que esto pasara como si nada.
- ¿Vieron el avance de la semana que viene? ¿Vieron donde está sentada Scarlett? Nada es casual en el universo Mad Men.
Este episodio fue definitivamente un 'game changer'. Lo unico que espero es que no perdamos a Elizabeth Moss y que no pase a ser un pasaje satelitante por pertenecer a una orbita ajena a SCDP.
ResponderBorrarAl macabro Pete Campbell le deseo la desintegracion de su matrimonio, porque Trudy merece mucho mas a su lado.
Joan me decepciono pero comprendo sus motivaciones. A diferencia de Peggy, ella nunca fue 'uno de los muchachos' y esta por verse como va a cambiar la dinamica entre todos ellos.
Ahora que Scarlett va a ocupar el lugar de Joan predigo que va a ser ella (Scarlett) quien, con frescos ojos inquisitorios, descubra el defalco de Lane.
Solo dos episodios y tanto mas para contar...
Yo creo que hay una posibilidad muy grande de que SCDP no sea mas, punto. Y eso podria solucionar unos cuantos temas. Pueder ser un merger, una venta, o simplemente un monton de mano de obra desocupada trabajando en otra agencia.
BorrarY no habia pensado en ese rol para Scarlett... pero tiene muchisimo sentido!
Y si bien quiero a Trudy lejos de Pete, no quiero a Trudy lejos de Mad Men. Le podemos armar un affaire con Ken. O mucho mejor, toma el lugar de su padre en Viks (ya sabemos que Peggy va a tener la cuenta Clearsil otra vez...)
wow... qué episodio memorable! Pasó tanto en 44 minutos y estuve tensa todos ellos. Yo creo que Peter y Roger son la misma m#$%, pero lo de Peter es sin disimulo. Roger, ex amante de Joanie, padre de su hijo, permite sin más ni más que ella se acueste con un gordo rechoncho por dinero?? Eso habla de él a las claras.
ResponderBorrarEs verdad, yo necesitaba un intercambio Peggy-Joan pero la mirada lo dijo todo. Fue como una madre le dice a su hijo: "Vuela! Vuela por mejores rumbos!" Para mí fue una mirada de aprobación... "no voy a detenerte, estás haciendo lo mejor".
La Dirección de las escenas Propuesta Jaguar y Joany en el hotel superpuestas... una delicia al paladar mental de quienes amamos esta serie.
Este capítulo fue tan completo, que no extrañé a Betty. Hoy Joan me dio todo lo que precisaba.
Pues si... fue un capitulo genial.. Bastante intenso de emociones para Don con las tres mujeres de la serie (sin contar su ex)..
ResponderBorrarLa cara de Don cuando ve entrar a Joan en la reunión de socios es memorable.. una mezcla de sorpresa y decepción...
Espero que tengan mas interacción entre ellos en los capítulos que quedan,
lastima que solo queden dos para el final de la temporada.
Quisiera poder contarle a Don que Joan fue con el del auto sólo porque pensó que él estaba de acuerdo. Quisiera poder contarle a Don que ella ya lo había hecho, cuando él fue a decirle que no valía la pena. Decepción por doble partida. Esta serie rocks!
ResponderBorrarTodos esos "quisiera..." son la conexion emocional de la que hablaba. Increible television.
BorrarY por fin, después de empezar a ver esta gran serie y saber que la recompensa para hacerlo no sería inmediata, que me pediría paciencia y esfuerzo para captar la psicología sutil de los personajes, sin estar seguro de si había realmente algo detrás de todo, por fin, por fin el día ha llegado. Y la recompensa es inconmensurable.
ResponderBorrarMe parece extraordinaria la reunión íntima y espontanea entre Peggy y Don en el despacho de éste, mientras todos están de celebración por haber conseguido a Jaguar. Don lo celebra con sólo uno de sus compañeros de trabajo. Ya sabemos lo que opina Don de las fiestas. Y esa persona es Peggy. Justo en el momento en que ella decide cambiar de aires para darle un impulso a su carrera. Creo que es la escena más emocionante en lo que llevamos de serie.
ResponderBorrarCreo que ese encuentro entre Peggy y Don sirve como perfecto resumen de la serie. Es más, Mad Men podría haber terminado ahi y me encontraría completamente satisfecho.
BorrarA mi me pareció preciosa la escena de Don cuando va a intentar detener a Joan a su casa. Se presenta allí, dejando a un lado los negocios y pensando como debe sentirse ella.
ResponderBorrarY la cara de ella mientras le escucha y se da cuenta que no todos en la agencia son iguales.. porque de Pete se puede esperar cualquier cosa... pero que Roger estuviera de acuerdo con eso...debió ser una sorpresa.
Supongo que nos quedaremos con las ganas de saber lo que hubiera hecho Joan de saber que Don no estaba de acuerdo.
En resumen, un capitulo genial y esperando con ansia el siguiente.