jueves, 19 de abril de 2012

Comentario: Modern Family 3x20 - The Last Walt


“You were laughing like the Joker”

No es secreto que me estoy despidiendo de Modern Family, por lo menos en lo que hace a los comentarios. No estoy disfrutando para nada la serie, y me debía hacer la prueba de ver si era por el esfuerzo adicional que requiere enchufarse como comentarista, o si la serie efectivamente estaba pasando por un mal momento.
Así que me senté a ver MF sin papel y lápiz adelante, como televidente viendo una comedia al pasar, a ver que pasaba.
Bueno, un poco más la disfruté, entre otras cosas porque hubo un par de momentos buenos, especialmente en las escenas de Phil y Claire al comienzo, y algunas de las salidas de Manny como “adulto responsable”. Igual, nada que parezca indicar que esta es la serie de comedia que el público y la crítica consideran de lo mejor que hay en el aire, por lo menos en la TV abierta norteamericana. 
La impresión que me quedó es la de tirar demasiadas cosas para ver que prende, y algunas claro que prenden, pero mucho, mucho, no va a ningún lado. Funcionan Phil y Claire (pero no las historias de Phil y Claire con sus hijos), funciona la cena de Cam y Mitch con sus padres, funciona Manny. No funciona la Hayley, ni los intentos de golpe bajo, ni el chiste de la sonrisa de Claire cuando se repite por quinta vez.
De todas maneras, algo en el episodio me hizo prestar atención y tal vez irme de tema, tan como suelo hacer. Hubo algo en la dinámica de los padres de Mitchell y Cameron que me resonó en varios niveles.
En algo tomado sin lugar a dudas de la experiencia personal de alguien involucrado con la serie, los padres de estos dos hombres gay tienen una rivalidad sobre quien de sus hijos es “la esposa” de la relación. Podemos pelear todo lo que queramos con el tema, intentar educar, pero cuando se trata de los padres...  no es la razón la que opera. 
Siglos de patriarcado y heteronormatividad sólo nos permiten pensar cosas dentro de categorías discretas, y una de ellas es que en un “matrimonio” hay ciertos roles. Lo vemos no como una sociedad entre dos individuos, si no como un marido y una esposa que cada uno cubre ciertos papeles. Los personajes (las personas) pueden intentar racionalizar sus motivaciones, como el padre de Cameron pensando en voz alta que le gustaría que su hijo tuviese algo como lo que él tuvo (tiene?) con su esposa, esa es la herramienta que le permite entender lo que le está pasando. Jay, de manera muy realista, simplemente admite que no sabe que hacer con “cada día es algo nuevo”.
Y antes que digamos “ah, eso es otra generación”, la contrapartida de los hijos también peleando por quién de sus padres es “más macho” también tiene algo edípico primal que resulta un lindo toque.
Digamos que algo funcionó y muy bien en el episodio, pero estuvo bastante lejos si no de la comedia, que se supone que en algún nivel nos tiene que hacer reflexionar, pero si de la inmediatez de la sitcom. 

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